MUJERES Y EXILIO INTERIOR Vivir el exilio interior es oler a periódico viejo, naftalina y violetas imperiales. Las calles son habitaciones hondas y negras. En casa, el cuarto azul para reunirse con una misma, la repetición del mismo libro, la repetición de lo que dibujan mis dedos para no olvidar. Al otro lado, el rosario y el retrete. Lo peor es el sueño. Dormir sin quitarse nunca el correaje. Tener la conciencia de vivir en un tiempo que no es…
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