El cine no es, el cine está siendo. La opresión no es, la opresión está siendo. El psicodrama no es, el psicodrama está siendo. Tú y yo no somos, tú y yo estamos siendo. Estamos latiendo como la lagartija que le cortas la cola, y va, y le crece. La cola no es, la cola está siendo.
Os quiero contar mi experiencia como psicoterapeuta en la Escuela uNOcine, una escuela de cine no convencional. La escuela uNOcine NO es una escuela de cine para oprimidos, sin embargo, sí hacemos cine para curar heridas, cine para liberar opresiones, una forma más para reinventar el cine.
Menores en riesgo de exclusión, jóvenes con medidas judiciales y menores tutelados participan en esta escuela de cine, un proyecto artístico, pedagógico y terapéutico de la Casa Escuela Santiago uno, Salamanca, un centro integral de convivencia donde los niños y jóvenes internos son los protagonistas.
Todos somos niños raros como diría el poeta Raúl Vacas, y en esta escuela no íbamos a ser menos. Un mundo raro, una escuela rara llena de «niños con forma de laberinto, niñas maleta, oranguniños, niñas yunqueras, niños zancudos, niños inversos, niños sin niños, niñas sombra o requeteniños».
Hacemos cine, hacemos pelis grandes y pequeñas, cine raro,una experiencia creadora, una experiencia entre la acción y la reflexión. Una experiencia entre el cine y la terapia. El cine al servicio de la liberación permanente, de la humanización de las personas.
Soy una psiconiña rara, psicodramatista, y en esta escuela tratamos de hacer de nuestra neurosis y de nuestra locura grupal, una obra de arte (como decía Otto Rank). El impulso creativo nos repara. En Unocine el séptimo arte es el mediador entre el artista y el trauma.
No existe un guion a seguir por los actores y actrices. El libreto es la propia vida del protagonista.
Se dramatiza vida.
Aquí estamos todos tumbados en nuestro enorme diván colectivo. La persona tumbada en el diván recrea y abre el fondo de su alma para reflejar por medio de la palabra lo que no se dice en la vida ordinaria.
El diván es como si fuera una cama. La cama es un lugar donde se nace, donde pasan cosas importantes y donde se muere; todo comienza y todo termina en una cama.
La escuela uNOcine, trata de rastrear los equívocos, imprecisiones, prejuicios, indefiniciones e inexactitudes que se agazapan tras el término “escuela de cine”.
La escuela uNOcine saca al cine, con todos mis respetos, de las catacumbas académicas, de los platós, del diván, de las escuelas de pago, sin vulgarizarlo, y lo pone a disposición de los alumnos con menos oportunidades.
De Jacob Levy Moreno a Freire,de Freire a Boal, un camino muchas veces recorrido por los que nos dedicamos a poner en práctica las Pedagogías de la Expresión. Esta vez, en Unocine, trataremos de aplicarlas al Cine con mucho espíritu Brechtiano.
En la Dirección psicodramática de escena renunciamos al rol omnisciente, y nos situamos en la permanente aceptación de la posibilidad ( aún más, de la inevitabilidad) de cometer errores.
Será el Protagonista el que tenga el papel activo de acceso a lo más profundo del conflicto que plantea, para favorecer el insight, la catarsis de integración que libera para generar un aprendizaje nuevo.
Así nos ha quedado nuestro raro manifiesto de la Escuela uNOcine:
- Aprender cine para curar heridas no consiste en aprender a repetir formas de contar, sino a contar con nuestras propias formas.
Hacer cine para curar heridas consiste en reapropiarnos de la cultura y de los circuitos a los que se nos ha vetado el paso. Ejercermos nuestro derecho a expresarnos a través del arte, para dar voz en imágenes a nuestras vidas.
El cine para curar heridas está al servicio de la la liberación permanente, de la humanización de las personas.
Hacemos cine para curar heridas, para comprender mejor la realidad y transformarla, primero en el espacio simbólico de la escena, en las secuencias, los planos y luego en la vida cotidiana.
Aprendemos cine a través de nuestras vivencias. Todos tenemos algo que contar, todos sabemos cosas que los demás no saben, todos ignoramos algo que los otros conocen.
El Teatro Esencial, Teatro Épico, Teatro de la Espontaneidad,Teatro Invisible, Teatro Foro,Teatro Imagen o El Arco Iris del deseo son algunas de las disciplinas artísticas que nos acompañan en la Escuela y que permiten «descubrir» las opresiones internas, a menudo ignoradas por el propio actor o actriz.
Nuestra propuesta Interpretativa es subvertir radicalmente las convenciones que dominan el mundo de la representación y del cine, transformando al oprimido en cineasta, guionista, actor, actriz, protagonista, sonidista,camarógrafo y realizador de la acción dramática, y que así pueda preparar acciones reales que le conduzcan a la propia liberación.
La principal herramienta que utilizamos para hacer Cine para curar heridas (sobre todo para la creación de guiones, dirección e interpretación) es el Psicodrama, un método de psicoterapia que ayuda a desarrollar la espontaneidad y la creatividad.
El Psicodrama, es un método de acción, un método vivencial. Trabaja no solamente con el relato de lo que nos pasó, sino también con imágenes y escenas.
La verbalización no es el único modo de expresión en psicodrama, la mímica, los gestos, la proyección del cuerpo y el manejo del espacio, entre otros introducen una nueva dimensión en el discurso. El control que se ejerce sobre la expresión verbal, se supera gracias a la dramatización. Muchas cosas que no pudieron decirse serán representadas. Con la representación se consigue una mayor autenticidad y profundidad, así como una visión más completa del discurso total del paciente y de los terapeutas. El gesto es algo más que un símbolo, algo mas que un simple refuerzo de la palabra.
Hacer Cine para curar heridas a través de métodos como el psicodrama nos facilita el desarrollo personal y el autoconocimiento de modo profundo. Abre las compuertas del cambio de aquello que no nos gusta de nosotros mismos y alivia el sufrimiento emocional.
El psicodrama nos permite sumergirnos en las escenas, tanto actuales como del pasado, para decir lo que no dijimos, hacer lo que quisimos hacer y no pudimos. También podemos explorar simplemente una situación para comprenderla mejor y ensayar una escena futura o diferentes escenarios de una decisión que debemos tomar.
En la escuela Unocine nos hacemos preguntas, reflexionamos y aprendemos de nuestras opresiones. A través del psicodrama, creamos posibilidades de acción. Con este punto de partida, elaboramos un guion y con la cámara tratamos de expresarnos y romper la cultura del silencio a la que estamos sometidos.
www.escuelaunocine.com
Si quieres saber más, en los siguientes proyectos utilizamos esta misma metodología
Si quieres saber más:
Escuela Dentro Cine. Crear, Filmar, Despertar
Violeta Pagán Navarro.