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Cine y psicodrama. La técnica del Doble.

23 julio, 2016

 

La vieja madre es ahora una niña poeta,

ya no obedece, sólo cuestiona vida, muerte, amor.

La sombra se hace de carne en tu hombro,

una grieta abierta entre el tiempo y tú.

Hueles a río, a lluvia caliente.

El ausente vuelve a hablar.

Ese que digo yo que no soy yo, pero que llevo conmigo,

al que no dejo ni me deja hablar,

ese que duerme debajo de mi colchón,

ese que ve la oscura intimidad de mis párpados,

ese que escucha mi corazón gotear como un grifo mal cerrado.

                                                                                             Violeta Pagán

 

Cine y psicodrama. La técnica del Doble

El Doble es una técnica de Psicodrama que utilicé con mis alumnos/as en esta sesión pedagógica (no clínica) para la construcción de personajes, con el fin de elaborar un guión ficcionado a partir de las experiencias personales de los participantes para después rodarlo con nuestra cámara de cine. El grupo de bachillerato de Arte del IES Puerta de la Serena en Extremadura, a través del proyecto Aula Films, eligió abordar el tema de la identidad afectivo sexual, de lo femenino y de lo masculino como aspectos rechazados que pasan a formar parte de la sombra psicológica.

“Desde Cero” es el título del cortometraje de creación colectiva resultante del taller, donde se muestra la opresión del Protagonista y las dificultades para integrar sus Yoes. Concretamente trabajamos los arquetipos ánima y animus, términos junguianos para nombrar lo femenino y lo masculino inconscientes en el varón y en la mujer.

Aquí os cuento cómo desarrollamos la técnica del Doble que hicimos en el taller.

Hemos aplicado El Doble psicodramático para crear un espacio reflexivo y de acción para ayudar al Protagonista a acercarse hacia aspectos de sí mismo de los cuales tenía escaso insight, generando una «conciencia auxiliar» del Protagonista.

Dos personas diferentes, A y B, son, en principio, una sola y única persona. A sería el Protagonista, B su Doble, su alter ego, su otro yo, y es aceptada por A como tal, “Yo es otra persona”. Pero también como una función de algunos yo-auxiliares que consiste, según Shutzemberger ,en “ponerse en el lugar del otro, ‘meterse en la piel’ del Protagonista, ‘ser él’ hasta el punto de sentir sus pensamientos y poder hacer salir a la superficie del inconsciente o del preconsciente (o al menos expresarlo con palabras) lo que no conocía, lo que conocía poco o mal de sí mismo, o que no se atrevía a expresar.

En el armado de esta escena que aparece en la foto, el Protagonista y el Yo-auxiliar dialogan con su cuerpo. Son la misma persona pero separados por un fino cristal, que representa simbólicamente su incapacidad para integrarse. El Doble se hace de carne y hueso con el actor principal o Protagonista. Toma la misma posición física e imita sus ademanes sin distraerse. El Protagonista con su Doble busca dónde están las tensiones corporales y hacia qué parte del cuerpo ha desplazado sus problemas emocionales. Más tarde, el Doble, como si fuera el Protagonista, expresará verbalmente en primera persona los sentimientos del protagonista quien sólo pudo comunicar su conflicto confusamente o implícitamente por el tono de voz, lenguaje críptico, posición y ademanes corporales.

Ya en la Dramatización, el diálogo , el cuestionamiento y la exploración continúa hasta que las dificultades del Protagonista aparecen manifiestas. El Protagonista, en esta escena concreta del taller, rechaza su yo femenino, El Doble, expresará los miedos, las indecisiones, las emociones bloqueadas o evitadas y los pensamientos no dichos por el Protagonista respecto de la situación dramatizada.

Por último se le facilita al Protagonista a sopesar los pro y contra de las varias soluciones posibles a su opresión. Se guía al Protagonista de una forma no directiva, sin asumir ni persuadir jamás sobre cual es la mejor solución. La decisión debe ser siempre la que el protagonista crea que le conviene más en su situación presente. El doble solo le ayuda a ver claro el camino que toma.

Finalmente, los aportes del Doble comienzan a ser integrados por el Protagonista, mostrando con ello cómo los contenidos bloqueados o disociados se intentan utilizar en forma consciente y cómo ello contribuye al insight psicodramático.

Cómo se aplica la Técnica del Doble

Dalmiro Bustos explica que la técnica del doble implica un pasaje por cuatro etapas:

  1. Fase de caldeamiento o preparación del yo-auxiliar para el desempeño de la técnica;
  2. Fase de imitación: en la que el yo auxiliar reproduce de manera verbal y no verbal lo que expresa o trata de expresar el protagonista, como una forma de tomar contacto con él;
  3. Fase de cuestionamiento: en la que el yo auxiliar pone en duda la veracidad de lo que el protagonista está manifestando en la acción, a través de preguntas e ir experimentando la posibilidad de nuevas motivaciones y nuevas emociones en aquel rol.”
  4. Fase de estimulación: que consiste en repetir los sentimientos subyacentes y reprimidos en base a las realimentaciones o rectificaciones del protagonista. “En este momento ya puede abandonar la posición corporal imitativa, para asumir la correspondiente al afecto real. Una vez concluida esta fase, y estando el protagonista expresando por si mismo todos los contenidos que realmente siente, el doble habrá cumplido su objetivo y deberá retirarse del escenario. Es interesante aclarar que estas fases no pueden cumplirse en formas sucesivas, sino que a veces se hace necesario retroceder de la 3 o 4 a la 2 para verificar el camino.” (Bustos, 1992).

Orígenes de la Técnica del Doble

El origen de la técnica la explica Moreno en su Teoría de desarrollo infantil menciona la fase de completa identidad del Yo con el Tu, etapa en la cual el bebé vive las acciones de la madre como propias, la madre hace de su yo-auxiliar. El doble nace cuando el yo-auxiliar representa y se convierte en el otro, como si retomara esa unidad primigenia de la relación madre-hijo, que permite a la persona verse expresada por el otro desde fuera. Al tomar el rol del otro, el yo auxiliar expresa con palabras y gestos lo que la persona no puede decir o hacer por sí misma, como la madre para el niño en la primera etapa del desarrollo, denominada por Moreno: primer universo. “El yo auxiliar en su función de doble interpreta la realidad del protagonista, pero no en forma intelectual sino desde la identificación con él. De la misma manera como la madre sabe cuando su bebé tiene hambre, frío o llora de dolor…” (Bello, 2000).

Moreno pudo introducir el doble en el psicodrama teniendo en cuenta las técnicas que se usaban en el teatro tradicional. El doble entonces también tendría su origen en técnicas teatrales que se han usado para representar la complejidad interior del ser humano y aclarar la personalidad de un personaje en una obra teatral, como el segundo y tercer actor en el teatro griego de Esquilo y Sófocles, o el papel del confidente invisible en la comedia francesa, el ángel y el diablo en las representaciones medievales, o los personajes fantásticos en las obras de Goethe y Shakespeare.

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